martes, 31 de marzo de 2009

Otro día en el manicomio

Desperté como cada día en el manicomio. Me senté en la cama y me mordí un dedo hasta sacármelo, casi me dolió mucho. Lo tomé y le dí forma al hueso abriendo y cerrando el cajón del velador, y cuando ya parecía una escultura gótica, entraron los gorilas de blanco a mi habitación.

Estaban tratando de inyectarme y mientras me resistía se fue al suelo la mitad del sedante. Al final lo consiguieron, me quedé dormido en un par de segundos.

Volví a despertar. ésta vez sin abrir los ojos. Alguien cosía mi mano, sentía los tirones donde solía estar mi dedo. Entreabrí un ojo para tener una perspectiva. El doctor, sobre seguro, estaba sólo en el quirófano. y con el bisturí de la mesa le rebane la cara y el cuello. Me levanté, salí por la puerta, corrí por el pasillo hasta el ascensor y, bisturí en mano, bajé a los estacionamientos.

Nadie me vio salir por la calle en aquella fría noche de verano.

Una vez afuera tenía solo una idea fija en mente: encontrarla...

3 comentarios:

  1. tampoco tuve un orgasmo
    pero casi me mojo
    jajajajajaja
    esta bueno
    me gusta bastante
    ya lo habia leido
    debe de haber sido cuando lei ciertos textos de tu celular...
    podrias hacer segunda parte
    la encuentra o no?
    dicen ke las segundas partes nunk son buenas
    pero confio en ti
    mi kerido amigo seudopoeta
    como va lo de Parra????
    no oplvides separar unos mios para sui opinion
    un beso
    te quiero

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  2. me gusto

    es corto y preciso,

    y la verdad es que me he propuesto analizarlo alegoricamente

    en un momento que estime conveniente

    y que no me gaste tanta plata

    o sea

    en la biblioteca de la saint thomas.

    pero me gusto mucho.

    PS: Y cuando cartas a una desconocida?

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  3. nuevo escrito
    aunque no te guste el tema
    me immporta un carajo
    es muy bueno

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