miércoles, 20 de mayo de 2009

La pena

Decidí quedarme quieto
Pues ni la sombra que la luna ayudo a proyectar en su frente
logró convencerme de lo contrario

La playa se nublo de espuma
de arriba abajo como antes de ella

El suelo, de sal y estrellas de mar molidas
me fue comiendo de a poco

Y me envolvió, de un repente,
La pena

El tiempo ya había pasado,
Los luceros flotando en la bóveda ya oscura, nos hablaban
Nos decían ¡deténganse!
Yo al menos, lo oía claramente
¿Lo hacías tu, mi vida?
¿Lo hacías?

Decidí quedarme mudo
Pues ni tu boca que gritaba mi nombre al viento
logró convencerme de lo contrario

La niebla cayó de un golpe
de abajo a arriba como antes de ella

La lluvia, nos fue cayendo encima

Y me envolvió, de un repente,
La pena…

3 comentarios:

  1. ¿y porqué la desición del silencio?
    no importa cuando hay pena, el
    silencio tampoco importa...

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. ESTA MUY BIEN
    REGRESARE A LEER NUEVA POESIA.
    GRACIAS

    ResponderEliminar