miércoles, 1 de agosto de 2012

Altazoria I

    No puedes seguir evitándolo, poeta. Lanzas tus piernas a la calle y observas como se mueve el suelo bajo tus pies, cruzas una, dos, diez avenidas, sin angustia, sin sed, la noche lo cubre todo con su lengua de fieltro. Tus piernas son extensiones de tu cabeza, te llevan al lugar donde tu cabeza debe estar, como si bajo el influjo de una guillotina. Estás frente al coloso, frente al edificio que se alza ante ti como enredadera de concreto, y allá arriba ¿ves la última ventana como una flor que se abre? ¿ves la luz encendida que te torna polilla? Ahí está la casilla que esconde el jaque mate, allí nada el pez gordo en sus aguas de autocomplacencia. Atraviesas el umbral del edificio, portafolios en mano, corbata en cuello, y una vez adentro me darás la razón. Atravesar es la palabra correcta, un paso al interior del edificio y un ruido sordo, se raja una membrana de aire. Hay un mesón, caminas hacia él, allí una voz digna de Chesterton te habla del 'supremo titiritero'.
    "En música se cifran sus palabras, en él creen los dioses y el tiempo (pasajeros suyos y víctimas de sus designios). Es un puente de aire sin sentidos y en todas direcciones. Es hermoso como la sombra de un árbol que resiste después de talado".
    Dice ésto y cae, asomas tu cabeza por sobre el mesón, en el suelo hay una alfombra de plumas. Si en éste momento giras tu cabeza en dirección al zumbido que escuchas, verás cuatro puertas plateadas. Pon atención, estas puertas se abren como párpados de acero, y ves salir de ellas a un tropel de cristos ancianos arrastrando sus paracaídas, son vagabundos celestes, son los altazores que buscan un atajo para cerrar la última de las puertas. Tapa tus oídos, pues morirás inmediatamente si logras descifrar lo que susurran.
    Caminas, poeta, hacia la caja que escupe hombres caídos del cielo. Camina, insértate en la caja, llena sus paredes con tu imagen. La puerta se cierra contigo adentro, sobre ella parpadean cifras luminosas, coordenadas que te ubican en algún lugar, o en todos, o en ninguno.


Santiago de Chile, Noviembre 2011.

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